El agua potable es esencial para la salud pública y el bienestar.
La Unión Europea cuenta con una de las normas de calidad del agua potable más estrictas del mundo, gracias a los más de 30 años de políticas y normas de la UE en la materia. La Comisión ha actualizado la Directiva (UE) 2020/2184 (Directiva sobre el agua potable), que ahora incluye normas de seguridad actualizadas, introduce una metodología para identificar y gestionar los riesgos de calidad en toda la cadena de suministro de agua, establece una lista de vigilancia de sustancias emergentes e introduce disposiciones de conformidad para los productos que vayan a utilizarse en contacto con el agua potable. La nueva Directiva aborda el problema de las fugas de agua, ya que en la actualidad se pierde una media del 23% del agua tratada durante su distribución en la UE. La directiva también incluye nuevas disposiciones que obligan a los Estados miembros a mejorar y mantener el acceso al agua potable para todos, y para los grupos vulnerables y marginados en particular.
Los Estados miembros tenían la obligación de transponer estas nuevas disposiciones de la UE a sus sistemas nacionales antes del 12 de enero de 2023, y de comunicar sus medidas nacionales de transposición a la Comisión. Hasta la fecha, Bélgica, Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, Croacia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, Austria, Polonia, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia no han notificado las medidas nacionales de transposición completa de la Directiva en el plazo establecido, por lo que recibirán cartas de emplazamiento.