Un derecho básico todavía inaccesible en algunos lugares del planeta.
Según el último informe presentado por la ONU, 2.200 millones de personas en el mundo todavía no cuentan con acceso a agua potable ni a saneamiento. Con la vista puesta en el año 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan subsanar este problema.
Cuando en el año 2000 los países pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a impulsar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con 2030 como fecha límite, una de las cuestiones que tuvieron en cuenta a la hora de redactarlos fue la importancia del agua. Para ello incluyeron el ODS número 6, que pretende garantizar el acceso universal a agua limpia y saneamiento. Con tres décadas de margen por delante, se plantearon la necesidad de tomar medidas para evitar que el cambio climático limitara la reserva hídrica del planeta y lograr un reparto equitativo de este bien escaso.
Para lograrlo, la primera de las acciones que implantaron fue la promoción del acceso universal al agua potable a un precio asequible para todos y a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos. Otro de los aspectos a los que prestaron especial atención fue a la cobertura de las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad.
En tercer lugar, tomaron medidas para mejorar la calidad del agua aminorando la contaminación, eliminando el despilfarro y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, logrando así reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar e incrementando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial.
Además, a través de estas acciones, consiguieron aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a su escasez y reducir considerablemente el número de personas que sufren la falta de este bien.
Con la redacción de este objetivo se buscó apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento de la misma.
Entre las metas que se plantea la ONU mediante el ODS número 6 para el año 2030 también se encuentra implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza.
Mucho por hacer
Para poder medir los avances que se van haciendo en el cumplimiento de los ODS, la ONU elabora un informe anualmente. El de 2016 reflejaba que, en ese momento, el 25% de los centros de salud en el mundo no contaban con servicios básicos de agua y el 20% carecían de saneamiento.
En 2017, solo el 71% de la población mundial disponía de un abastecimiento de agua potable gestionado de forma segura, y el 45% utilizaba servicios de saneamiento gestionados de forma segura. Esto suponía que 2.200 millones de personas carecían en ese momento de agua potable.
Por su parte, el informe de 2020 advierte que hay mucho camino por recorrer para cumplir con los objetivos establecidos para el año 2030. El mismo avisa que 3.000 millones de personas no tienen instalaciones básicas para lavarse las manos en el hogar, método más efectivo para prevenir la covid-19.