El pasado mes de enero, Ozalla productos para el agua, completó la puesta en marcha de una ósmosis inversa con capacidad de 260 m³/día, para una conocida marca del sector agroalimentario.
El reto consistía en modificar la calidad del agua de pozo usada en las calderas de vapor de la planta, permitiendo un ahorro en el coste energético de producción y en la reducción del impacto medioambiental del proceso.
El departamento técnico de ozalla productos para el agua, detectó que debido a las características iniciales del agua (alta alcalinidad, gran conductividad y dureza), se estaban produciendo sobre costes en el consumo de combustible, de agua y otros sobre costes derivados, por lo que se planteó la instalación de una ósmosis inversa.
La siguiente tabla muestra las características del agua inicial y las del agua final.
Agua inicial | Agua osmotizada | ||
pH | 7.75 | 6.2 | |
TDS | 3011 | 180,66 | |
TH | 97 | 2.8 | |
Bicarbonatos | 507,5 | 30,45 | |
Sulfatos | 182 | 10,92 | |
Cloruros | 312,8 | 18,76 | |
Nitratos | 22,5 | 1,35 | |
Turbidez | 0,75 | 0 |
La planta suministrada, tiene una producción de 260m³/día, el 60% se ha destinado a alimentar 2 calderas de vapor que consumirán como máximo 150 m³/día, ya que tienen un retorno de condensados entorno al 50%.
El resto del agua se utilizará en los diferentes procesos de fabricación, líquidos de gobierno, remojo de legumbres o autoclaves.
La planta se diseña para producir 12 m³/hora, con una conversión del 75%. El agua de pozo se almacena en un aljibe de 500 m³, donde se desinfecta y ajusta el pH.
Desde ese punto, el agua es bombeada para comenzar el pretratamiento. Inicialmente se hace pasar por un filtro multicapa, se la somete a un proceso de decloración, se dosifica anti-incrustante y finalmente se vuelve a ajustar el pH del agua. Antes de llegar a las membranas, es necesario realizar una micro-filtración para asegurarnos de que el agua llega a la ósmosis con una calidad correcta.
El agua producida se almacena en un depósito de 120 m³ donde se clora y se ajusta el pH de forma automática.
Cuatro grupos de presión envían el agua a sus distintos destinos:
- El agua de aporte a calderas pasa previamente por un descalificador de afino y el correspondiente tratamiento químico.
- El agua destinada al líquido de gobierno se somete a un proceso de decloracion.
- Al agua de suministro a autoclaves hay que aplicarle un tratamiento químico específico para el proceso.
El sistema permite trabajar indistintamente con agua de pozo o con agua de red.
Esta inversión ha permitido a nuestro cliente una mejora en la calidad de agua de fabricación, una alternativa de utilizar un suministro propio de agua, una reducción en el consumo de sal y de agua y la disminución de su factura energética, siendo más respetuoso con el medio ambiente.
Además se estima que recuperará la inversión entre los 28 y 40 meses de trabajo, debido a la reducción en los costes de producción al mejorar la calidad del agua del proceso.