Mar Luna, directora de la Escuela Europea de Cata, se declara fiel defensora del agua embotellada.
Mar Luna, directora de la Escuela Europea de Cata, se declara fiel defensora del agua embotellada.
Pero en muchos casos —bien por incapacidad en su consumo, bien por preferencia—, los consumidores eligen recurrir al agua embotellada. Diferentes marcas aseguran tener «el mejor agua del mundo». Pero, ¿hasta qué punto eso es cierto? Varios expertos brindan consejos para encontrar un buen agua de grifo, así como los lugares donde emanan las aguas minerales.
¿Agua mineral o del grifo?
Mar Luna Villacañas, directora de la Escuela Europea de Cata y analista sensorial, nos proporciona algunas claves sobre las aguas minerales naturales.
Lo primero que ha querido dejar claro la experta es que el agua de grifo es un producto que ha pasado un proceso. «No todas las ciudades tienen el mismo agua pero sí todas son tratadas, por lo tanto, llevan cloro», comenta. Mar asegura que, independientemente de que el agua del grifo sea mucho más económica, las aguas naturales son más sanas ya que no llevan ningún tratamiento. «Se podría decir que el agua mineral es más limpia. No quiere decir que el agua de grifo sea mala, son productos distintos», puntualiza Mar.
La experta no duda en hablar sobre el agua del manantial Teleno, su agua de «confianza», cuyo residuo seco es de 28 miligramos por litro. «La verdad que es un agua muy equilibrada, me compensa ya que es de baja mineralidad pero no de las que menos», admite.
Según explica Mar, no todas las aguas minerales son iguales, ya que cada una tiene su porcentaje de mineralización. «Lo más apropiado es comprobar la analítica de cada etiquetado», explica. «Las aguas minerales más duras tienen más sales minerales y están muy bien para consumirlas, por ejemplo, después de hacer deporte. Sin embargo, serían menos indicadas para una persona que tenga cálculos en los riñones o para preparar un biberón a un bebé», indica la analista Mar.
Por su parte, en la otra cara de la moneda, el Presidente de la Asociación Española De Abastecimientos De Agua Y Saneamiento, Fernando Morcillo, confiesa ser partidario de consumir agua del grifo. «El agua embotellada es un tema de modas y fenómenos culturales, es algo prescindible. Poco a poco están consiguiendo que se desprecie el agua de grifo, y eso no puede pasar», comenta. Del mismo modo, Fernando ha querido echar un cable a las marcas de agua mineral. «No hay que poner en mal lugar a este tipo de agua, simplemente son diferentes, cada una tiene sus propiedades y características», añade.
En cualquier caso, la calidad dependerá de una serie de condiciones, como la ciudad, la fuente de abastecimiento, los procesos seguidos para hacerla potable, la climatología o, incluso, las instalaciones que se usan. Por lo tanto, la calidad del agua no es constante.
Según cuenta Fernando Morcillo, normalmente, el agua pasa una serie de tratamientos para poder hacerla apta para el consumo. Para ello, se emplean un conjunto de operaciones físicas, químicas y biológicas, que se utilizan para eliminar la contaminación del agua. Este tipo de agua suele tener elementos de contaminación química, biológica e incluso natural. Para evitarlo, se le aplica unos procesos de eliminación de contaminación tanto orgánica como inorgánica.
El último estudio sobre el agua de grifo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala a Burgos, San Sebastián y Las Palmas como las regiones con mejor agua de España, debido a la baja mineralización, poca cal y pocas partículas contaminantes. Por el contrario, las ciudades con peor agua son Ciudad Real, Palma de Mallorca, Logroño, Barcelona y Huelva.
La escasa presencia de fuentes en la vía pública provoca que en muchas ocasiones se terminen comprando botellas de agua, algo que para algunos puede ser de lo más común. Pero para otros puede resultar un desafío por diferentes motivos.
Normalmente, no suele suponer un problema; es más, en estas fechas la demanda de agua suele aumentar hasta un 80%, llegando incluso a ser el producto más vendido en algunos supermercados. En muchas regiones del país, el agua embotellada o, por lo menos, filtrada, se ha convertido en un elemento esencial en los hogares.